lunes, 9 de noviembre de 2009

La Ixconda de Gallardo.


Para algunos lo irreal carece de significado, mas no es así para el maestro Manolo Gallardo, quien con 73 años sigue asombrando al mundo con sus maravillosas pinturas.

Ya sea utilizando el simple claroscuro o la maravillosa técnica del oleo, Gallardo logra darle poder al color creando diferentes matices que logran perfectas armonías dándole vida a distintos mundos que aunque sean irreales son capaces de sumergir nuestra imaginación a un mundo tan real, como en el que vivimos.

Manolo Gallardo Mansylla, pintor guatemalteco. Nació en 1936 en la ciudad de Guatemala. Su primera exposición fue en 1957 en el Instituto Guatemalteco Americano (IGA).

Estudió en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Academia Artium, la Academia Peña de Madrid y en la Academia de San Carlos de Valencia, España.

Continuando con la obra de Gallardo hoy quiero compartir con ustedes una magnífica obra de las tantas de este gran pintor, se trata de la Ixconda, cuya pintura debo confesar provoca varios pensamientos en mi.

Este retrato de una mujer indígena engalanada del traje típico guatemalteco, muestra en su rostro; melancolía, un poco de tristeza y bien puede distinguirse una sonrisa fingida. También podemos notar que el vacio exterior es reflejo de lo que hay en su corazón, por eso algunos le llaman la Gioconda Amerindia.

Al contemplar esta pintura y observar la infinidad de matices utilizados por el autor, nos podemos sumergir en un mundo lleno de magia y color, en un mundo parecido al que se describe en el Popol- Vuh, lleno de colores y de personajes distantes, melancólicos, tranquilos, siempre en espera de algo.

En lo personal esta pintura me llama la atención, porque es capaz de trasladarme a la magia de los pueblos mayas; y es que desde siempre he vivido enamorada de la majestuosidad de nuestra cultura y es precisamente eso lo que el autor desea comunicar en esta obra; su amor por la gran civilización maya.

El toque único de este artista orgullosamente guatemalteco lo ha hecho acreedor de varios premios; desde 1954 hasta la fecha ha recibido más de 50 reconocimientos nacionales e internacionales. En 1995 recibió la Orden del Quetzal en grado de Gran Oficial. En el año 2000, obtuvo el premio Meritorio Plástica, Arco Iris Maya; y en el 2002 obtuvo el grado de Emeritissimum Universidad de San Carlos de Guatemala.

También ha participado en varias exposiciones personales y colectivas, entre ellas, la del Museo Regional de Chiapas, México; Museo Vaticano, Roma, Italia; EXPO 92, en Sevilla, Casa Do Brasil, Madrid, España, etc.

Atento tanto al detalle como a elementos de sorpresa, Manolo Gallardo se muestra a veces contestatario, irreverente, pero sin duda conocedor profundo de los temas que aborda.

La suma de su talento, imaginación y buen gusto da como resultado un surrealismo virtuoso, innovador e irreverente.

Manolo Gallardo es una muestra de que existe el talento en Guatemala, el cual ha explotado al máximo aquí en su país, y sin duda dejara un gran legado para la futuras generaciones.

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